Adoptamos una perspectiva fisiológica de la salud, que se centra en las implicancias bioquímicas y epigenéticas de nuestros hábitos cotidianos.

El cuerpo humano es un sistema biológico inteligente, cuyo sofisticado funcionamiento es fruto de millones de años de evolución. Entendiendo esto, trabajamos sobre la base de un principio bioLÓGICO elemental que consiste en darle al cuerpo aquello para lo cual está evolutivamente mejor adaptado y evitar darle -sobretodo regularmente- aquello para lo que no.
 
De esta manera, el organismo tiende naturalmente a funcionar mejor, produciendo un mejor estado de salud y bienestar general, como consecuencia fundamentalmente, de gozar de un mejor funcionamiento metabólico.

La aplicación práctica de nuestro programa, -que siempre estará modulada en función de circunstancias y objetivos personales-, podría sintetizarse en los dos siguientes puntos:

1)  Proveer al cuerpo todo aquello que necesita: nutrientes esenciales, energía y algunos otros estímulos, en dosis suficientes y oportunas. Prefiriendo siempre fuentes óptimas para ello.

2)  No exponer al cuerpo de manera sostenida ni regular a aquello que no necesita y que pueda entorpecer o mermar su funcionamiento.

Nuestro trabajo se sustenta en un estudio permanente y sistemático de una vasta red de investigación científica y evidencia experimental en torno a la salud humana. Particularmente sobre aquella orientada hacia su preservación desde una perspectiva funcional con foco en los procesos metabólicos gatillados por nuestros hábitos cotidianos y estilo de vida.